viernes, 25 de enero de 2013

AHORA YA NO SE SIEMBRA



La siembra está cercana, mientras ahí, fuera, no para de llover, el viento anuncia el principio y el final de todo, el viento dibuja nuevas vidas, selladas con los surcos en el rostro de una vida dura, de un deambular tranquilo e incansable.

En sus manos toda una vida, todo un carácter duro y dulce, todo lo que quiso queda ahí, todo lo que añora viaja con él.
Su vida se va a la tierra, esa tierra que tanto ha amado, esa tierra dura, seca, desgranada en recuerdos de tardes alrededor de la hoguera, de momentos envueltos en ternura y trabajo.
Desde aquí aún percibo el olor a tierra labrada a base de azadón, aún siento el sonido del agua limpia y fresca susurrando vida, salpicando frescura en un atardecer de Agosto.

Con la corvilla afilada que siega la hierba fresca, la vida corta firmes robles que jamás pensaba podían caer, robles por los cuales mi vida trepó, para aprender las cosas necesarias para hacerse un hombre. Que absurdo, en realidad siempre debí ser un niño, para no dejar de aprender de ti.

Ahora, ya no se siembra, ya no se siega, pero sigue lloviendo, llueve sin cesar, cuando te veo postrado en tu sillón, cuando te veo atónito frente al televisor intentando descifrar las palabras que apenas te llegan. No para de llover, cuando en silencio observo tu torpeza convertida en rutina, cuando ya no se siembra, cuando ya no se siega.

A alguien que jamás leerá estas palabras, pero que de alguna forma son fruto de él.


Javier Bernal Abellán
@ajopicao #Esoll


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