viernes, 25 de enero de 2013

EL PATIO DE COMADRES

Parece que nos hemos hecho mayores de repente, parece que tras saltar a la prensa la noticia de una concejala que había enviado un vídeo subido de tono, el cuál se estaba difundiendo sin su permiso por la red, los españoles hemos caído en la cuenta, que nuestros políticos tienen vida íntima.

Es, como el día que descubrimos que nuestros padres tiene sexo, no siempre se reacciona de igual modo, depende de la educación que hayamos recibido. Unos se llevan las manos a la cabeza escandalizados por el asunto, otros tachan la cuestión como si de algo sucio se tratase, muchos la tratan de torpe por no saber guardar su intimidad, y la prensa, ¡hay la prensa!, la prensa lo publica en sus cabeceras, incluso algunos atraídos como moscas a la mierda, hacen espacios divertidos al abrigo de la noticia, escuche si no “La hora de los fosforos” de Carlos Herrera del pasado miércoles.
Resguardados por lo que a su parecer es noticia, lo difunden eso sí, tratando “la noticia” con la asepsia de un quirófano, no vaya a ser que se les vea el plumero. Pero al fin y al cabo todos se dejan arrastrar por la ola de mierda que inunda nuestros medios de comunicación.

A mi modo de entender, la mejor forma de tratar el asunto por la prensa, debía de haber sido, no tratarla, una vez más el mensajero resulta también el verdugo, arrastrando a esta señora al fango inquisitivo de la panda de ultras ansiosos de sangre que pueblan este país

Una vez más, nos convertimos en comadres de patio de vecinos, juzgando asuntos que no nos importa un pijo. Eso sí, no sin antes revisar la seguridad de todos los vídeos y fotos obscenas, que alivian las lívidos ocultas de muchos inquisidores pátrios.

Me imagino algún director de cualquier medio, visionando el vídeo en la soledad de su despacho aliviando sus bajos, tras publicar un artículo de opinión, o un Twitter utilizando el Hashtags #yotambienmemasturbo . Y vaya si nos masturbamos, cada vez que le damos gusto al instinto más común en este país, EL COMADREO.



Javier Bernal Abellán

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