domingo, 16 de abril de 2017

De lo legítimo a lo negro



Estos días se escucha mucho la palabra “legítimo” en boca de los principales dirigentes del Partido Popular, a cuenta de su victimismo desatado tras la marcha forzada de Pedro Antonio Sánchez del Gobierno Murciano. “Algunos quieren conseguir en los juzgados lo que legítimamente el PP ha conseguido en las urnas”, es el soniquete con el fin de limitar la acusación popular en los tribunales.
Pues bien, permítanme que dude para empezar de esa legitimidad que llevan tan a gala los populares miembros.

Desde hace unos días y coincidiendo con el asunto de marras, desde la prensa se viene revelando datos sobre la financiación irregular del PP, en el que nos explican con todo lujo de detalles como dicho partido elección tras elección pagaba actos de campaña con dinero “negro”, así como empresas adheridas a la trama pagaban los favores en concursos públicos con dinero además de la organización por la “jeta” de mítines y diversos actos de campaña. Todo esto presuntamente pues no es causa juzgada.

Teniendo en cuenta estos datos derivados de la investigación llevada a cabo por la UCO y, obviando los delitos punibles en los que haya podido incurrir el Partido Popular, además siendo un hecho constatado que dicho partido alcanzó el límite de gasto legal en las elecciones Autonómicas y Municipales de 2003, 2007 y 2011, que son las mencionadas en el informe mencionado. Podemos concretar, que el PP vulneró la
Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General en su artículo 193.2 el cual, limita el gasto de los partidos en las mencionadas elecciones.

Así pues, quizá el Partido Popular debería de hacer un ejercicio de prudencia al utilizar la palabra “legítimo” , puesto que la legitimidad se obtiene a través de lo legal, lo correcto, y solo se puede atribuir la propiedad de lo legítimo a lo que se ha obtenido de manera lícita y transparente y, en el caso del PP, el negro, parece ser un color muy extendido en cada una de sus sedes, distribuidas a lo largo y ancho de este fantástico país.

Javier Bernal Abellán
@ajopicao

jueves, 23 de marzo de 2017

El rey de los tahures


Cuando un domingo por la tarde decidimos jugar con nuestra familia una partida de cartas o a cualquier tipo de juego de mesa, aceptamos implícitamente que el juego del que participamos tiene una serie de reglas y normas que se deben de cumplir, ya que de no cumplirlas corremos el riesgo de ser "pillados" y como mínimo que nos califiquen de tramposos.

Todos hemos visto aquellas maravillosas "pelis" del oeste americano, en las que varios fulanos juegan en el "Saloon" de la ciudad de turno al poker, e irremisiblemente, siempre había uno que acusaba a otro de tramposo y aquello se finiquitaba sacando sus pistolas y dando una ración de plomo al fullero.

Pues bien, son muchos los indicios que nos indican que el Partido Popular puede ser un fullero, tramposo, aprovechado, un marrullero, artero y algun que otro sinónimo de tramposo que seguro existe.

Hoy la emisora de radio Cadena Ser nos informa de un presunto fraude del Partido Popular en tiempos de Esperanza Aguirre en el que adjudicaban contratos públicos a empresas a cambio  de que estas organizaran mítines gratuitos en las campañas electorales regionales y nacionales.

De ser esto confirmado, juzgado y sentenciado, es evidente que en aquellas elecciones, el PP jugó con ventaja, hizo trampas en el juego más sagrado de la democracia, unas elecciones.

Por tanto, como en cualquier juego basado en normas y reglas, cuando uno de los jugadores hace trampas, la partida queda invalidada, anulada, o sea, no cuenta.
Pero el caso es que aquellas partidas se jugaron, y el PP, aún haciendo trampas, recogió sus frutos fraudulentamente en detrimento de los ciudadanos, demás partidos y de la democracia.

¿Nos devuelven lo ganado?

miércoles, 8 de marzo de 2017

¿Cuando perdieron la iniciativa?




¿Cuando perdieron la iniciativa?.
Ayer asistí como padre orgulloso a una obra de teatro en la que era coprotagonista mi hija de 10 años, todo en el marco de la semana cultural de su colégio. A lo largo de la velada intervinieron diversos ciclos y, en todos, absolutamente en todos había una coincidencia, las niñas eran las protagonistas, o las que llevaban claramente el peso de su intervención.
Según el INE, el 47% de las mujeres entre 25 y 34 años tienen  estudios superiores incluídos doctorados frente al 32,7 de los hombres de dicho rango y entre los 35 a 44  años, hablamos de un 48,1 frente al 38,5.

Según Datosmarco.com, el índice de paro por género en 2016, el 20% de las mujeres en edad de trabajar se encontraban en “Paro” frente al 17% de los hombres.  

Podría extenderme en la farragosa estadística pero creo que no es necesario, pienso que todos los hemos escuchado o leído en más de una ocasión e incluso los palpamos a diario.
Mi reflexión comienza y acaba en la pregunta que me hacía al principio, ¿cuando perdieron la iniciativa?, ¿cuando dejaron de ser las protagonistas del teatro que se representa a diario en los partidos políticos, empresas, instituciones?

Les invito a hacerse estas preguntas, a buscar cada uno, nosotros hombres, quiénes somos los culpables, y vosotras mujeres, ¿dónde está ese punto de inflexión que os releva del más absoluto protagonismo a un papel secundario sin remedio?.


Javier Bernal Abellán
@ajopicao

viernes, 24 de febrero de 2017

No solo de agradecimientos se vive

                
                 

No son pocos los que han mostrado su agradecimiento a Unión Progreso y Democracia (UPYD) y al antes portavoz de dicho partido Andrés Herzog por haber sido valientes y llevar a la cárcel a la cúpula de Bankia. Desde aquí me sumo a tal agradecimiento.

El caso es que ayer tras leer los mencionados agradecimientos me dió por pensar…¿Qué hace UPYD con los agradecimientos?. No tardé en darme una respuesta… Metérselos donde les quepa, puesto que no solo de agradecimientos vive un partido político, sino en primer lugar de los afiliados y, sobretodo de los votos que los ciudadanos afines a la ideología y buen trabajo del partido, depositan en las urnas cada más o menos cuatro años, a veces cada seis meses.

La imagen que de UPYD tiene muchísima gente es la de un partido honesto, trabajador y cumplidor, pero. (Siempre hay un “pero” tras las alabanzas a UPYD). Como decía, “pero”, es un partido que no cuenta, o en otros casos dicen - ¡Ah! ¿pero UPYD sigue?-. No pocos justifican su pérdida de confianza hacia dicho partido por las luchas intestinas que hubieron en su día que culminaron con la marcha de Rosa Díez, Gorriarán, y otros cuantos que también se fueron, pero estos otros en busca de tierras más fértiles para sus ansias “socialdemócratas”, ahora “Liberales”. A este respecto, el de el cisma “magenta” he de decir, que aquello que resultó bochornoso, no es cuestión ajena a otros partidos, pero pocos como UPYD han sufrido un escarmiento de tal magnitud...el ostracismo mediático.

Hoy en día UPYD se mantiene exclusivamente de las cuotas de sus aproximadamente 1.500 afiliados, de el tesón y los ideales que hoy en día siguen vigentes, y de las ganas de construir una España más igualitaria exenta de corrupción...por tanto, las gracias están bien, pero no son suficientes.


Javier Bernal Abellán
@ajopicao



miércoles, 11 de enero de 2017

Vencer al nacionalismo

Imagen alojada en http://villaencantada.blogspot.com.es/2015/11/el-nacionalismo.html?m=1


“Vencer al nacionalismo”, frase recurrente utilizada por todos los partidos políticos con presencia en el estado, pero pocos excepto UPYD han sabido tomarle la medida al nacionalismo y destapar sus vergüenzas, véanse las actas parlamentarias vascas que reflejan las intervenciones de estos últimos años de Gorka Maneiro.

El nacionalismo basa su estrategia básicamente en acusar de todos los males de la comunidad autónoma donde tiene su ámbito de acción al Gobierno central, ellos son los buenos, ellos pretenden recuperar el orgullo de nación perdida, son el adalid de la democracia, sí, de su propia democracia, únicamente de la que les conviene, pero obvian si no repudian la parte que les vincula a un estado que les subvenciona sus propias deudas, o la parte que les garantiza la integridad de sus fronteras.

Su estrategia es parecer útiles para su región, su única razón de ser es aparentar ser la herramienta necesaria para salvar de todos los males a su “nación”, y librar del yugo que les aprisiona como “estado identitario”.

Su juego no es hacer política útil al ciudadano, sino aprovechar cualquier situación para acusar de sus males al “Estado Central” en lugar de trabajar como les corresponde para buscar soluciones. Su mensaje es simple, “si fuéramos una nación independiente esto se solucionaría de esta u otra forma” obviando que no lo son y que el presente es el que es y no el que les gustaría.

Por tanto, al nacionalismo se le vence desde la realidad, destapando su inutilidad, denunciando todas y cada una de las mentiras que vierten a diario hablando de futuros más o menos inmediatos, futuros que nunca llegan.
Al nacionalismo se le vence abortando toda tentación de pacto puntual que de apariencia de utilidad al nacionalismo.
Al nacionalismo se le vence desde la convicción de unidad de nación, sin tibiezas, sin atajos, sin vender nuestros principios a cambio de intereses individuales.
El nacionalismo se puede vencer demostrando que la unidad es más útil que el separatismo.


Javier Bernal Abellán
@ajopicao