jueves, 5 de noviembre de 2020

¿Aprendemos?


 

Todos somos conscientes que la aparición de un nuevo virus tan endemoniadamente contagioso, como este del Covid-19, es capaz de poner de rodillas a toda la sociedad, lo estamos viviendo en nuestras propias carnes.

Sabemos que controlarlo es una tarea harto difícil, y más aún, cuando se trata de guardar el difícil equilibrio entre salud y economía.

 

Sin embargo, llevamos desde el inicio de esta pandemia viviendo una serie de despropósitos, vaivenes, desmentidos, improvisaciones, por parte de las administraciones, que evidentemente han sembrado la desconfianza entre la población, que ya no sabe qué hacer, no hacer, cuando se puede hacer y cuando no.

17 comunidades y dos ciudades autónomas legislando su propia miseria, como si la miseria fuera por barrios y la muerte se pudiera aplazar.

 

Hemos aprendido nuevas palabras eso sí, “co-gobernanza”, Coronavirus, PCR… y desempolvando palabras ya casi olvidadas propias de un pretérito que, muchos nunca vivimos, afortunadamente; Toque de queda, confinamiento, batalla, venceremos.

 

“Juntos saldremos más fuertes” repetía cual mantra el presidente Sánchez, mientras la oposición, jugaba a ser el el capitán de barco sin barco que gobernar, que ante la previsión que el navío se vaya a pique, en lugar de ayudar a achicar agua, buscaba cabos a los que amarrarse, olvidando que ellos también son tripulación.

Sumergidos ya en plena segunda ola, la cosa no va a mejor. No hemos aprendido mucho, no hemos salido más fuertes, es que no hemos ni tan siquiera salido y, la cesta continúa con los mismos mimbres, por lo que, ¿qué puede salir mal?.

 

Mi amigo Jerónimo Tristante lo decía hace unas semanas en su carta de opinión semanal en el diario La Verdad: “Por qué estamos como estamos”, https://www.laverdad.es/opinion/por-que-estamos-20200925004453-ntvo.html  

en la que se hacía una pregunta clave, -¿están preparados nuestros políticos?-.

Demoledora preguntae inquietante la respuesta a juzgar por los hechos. No.

 

Y llegarán las próximas elecciones, y volveremos a votar con una mano en la nariz y otra en los ojos. Porque  votamos además de con cierta repulsión, a ciegas, ya que ni usted ni yo, jamás elegiremos a nuestros representantes más preparados, sino a los que estén mejor colocados en las listas cerradas de los partidos políticos.

Pues eso, sigan votando.