viernes, 25 de enero de 2013

¡DESPIERTA!

Salvo el silencio, ya no queda nada, pero es el silencio el que inunda bullicioso cada rincón vacío, de sueños perdidos por las intrincadas ramas de esta hiedra, que atenaza el tronco de un espíritu borracho de muerte.

Nos queda el qué será y el cuándo, nos queda reflejo borroso en el espejo desvencijado del cuarto negro colmado de juguetes rotos, de imaginaciones al borde de la cornisa dispuesta a soportar el peso de nuestra angustia.

Pero no hay cuidado, si agarramos fuerte el mazo aniquilador de muros, destructor de perezas y hastíos, sabremos abrir ventanas que nos muestren paisajes inéditos a nuestro pensamiento. Puertas dispuestas a abrirse sin necesidad de ser llamadas, luces abrasadoras que caldeen nuestra conciencia.

No es el tiempo el que nos espera, si no el que cuenta la cadencia con la que nuestros corazones palpitan, si el pulso se debilita la vida no corre, la vida se para.

Busco y no hallo las palabras que den aliento al desesperado, miro y no encuentro el camino que guíe al que quiera ser guiado, será tal vez que no hay nadie adecuado para ser el estandarte idóneo que aglutine tanta angustia, será quizás, que cada uno debe de ser capaz de encontrar sus palabras de aliento, sus senderos perdidos. Seguramente sea así, seguramente seas tu, el que despierte el ánimo de los que lo creían perdido en la habitación de los juguetes rotos, si eres tu, ¡despierta por fin!, no te hagas esperar por más tiempo llama a mi puerta, que aquí estoy, mirando a mi espejo y no veo mi reflejo.


Javier Bernal Abellán #Esoll
@ajopicao

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