domingo, 16 de junio de 2013

Cerrando puertas






Ando en una de esas encrucijadas que salen al paso en la vida. Intento la división perfecta entre lo racional y lo visceral, y solo hallo preguntas que lo cuestionan todo.
Quiero mirar hacia donde se esconde el sol con optimismo, y solo veo mi rabia, y solo veo mi dolor.
La traición es un juego perverso del que nadie sale ganado.

...Y después solo será cuestión de caminar. De comenzar con un paso y luego otro, así se podrá avanzar, para evitar que la soledad me aplaste sin remedio.
Ahora solo queda el silencio que corta como el bisturí, la carne enferma. Que frena las palabras, para evitar que el desastre se apodere de estas ruinas. 
Mis pies me piden camino, pero el equipaje pesa tanto, que mi rabia no basta para moverlo, y mi corazón se niega a separarse de él. 
...Y solo será cuestión de caminar, pero, ¿hacia donde?. Quizá sea pronto para encontrar el sendero, y solo cabe esperar que el dolor despeje el camino. Quizá haya que dejar que una brisa fresca empuje este desatino, porque al final, el viento siempre sopla, y su función es limpiar la bruma que queda tras la fría mañana.
Este corazón ha colgado el cartel de cerrado, y sus puertas no se abrirán jamás, porque está vacío Porque no tiene más rincones donde guardar el desengaño, y sus paredes se han caído sobre mis certezas, sobre todo en lo que yo creía.
Me buscaré en otra parte, donde sea posible no saber de mi, ni de lo que fui. Donde solo importen las presencias y no las ausencias. Me buscaré recorriendo almas desnudas, a las que solo les importe el instante.
Quizá no llene mi zurrón de compañeros, pero eso hará que sea sencillo, evitar que mis huesos enmohezcan en ninguna parte.  


Javier Bernal Abellán
@ajopicao

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