domingo, 28 de abril de 2013

LLuvia


La lluvia golpea los cristales de mi ventana, gritando incansable su presencia.
Recorrer caminos por los que mis pasos se clavaron a la tierra, como agujas incandescentes.
Habitar lejos de los muros levantados para proteger la libertad, y aprender a derribarlos.
Y la lluvia sigue ahí, reclamando mi atención, mojando el destierro de los parias de esta sociedad insociable.
Dejando al descubierto nuestra desidia, golpeando gota a gota,los rostros sin cara que pasaron por nuestras vidas,
y que jamás miramos de frente. Pero ellos siguen ahí, y nos miran con sus ojos vacíos de esperanza.

Y seguirá lloviendo en todas y cada una de nuestras ventanas, no dejara de gritarnos por nuestro silencio,
por la siesta eterna de nuestra rabia.

Quizás, un día, al desperezarnos, descubramos que la lluvia ya no golpea nuestra ventana, ya no nos reclama,
porque ese día, descubramos que la lluvia esta vez somos nosotros.

No importa hacia donde mire nuestra ventana, da igual lo alta que este, seguirá lloviendo,
la lluvia no cesara, mientras sea miedo lo que llena nuestras barrigas, mientras protejamos los muros que otros levantaron,
para proteger la libertad.



Javier Bernal Abellán
@ajopicao

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