sábado, 1 de octubre de 2016

Vivír por encima de nuestras posibilidades



Hace unos días me desperté con la siguiente noticia. ¨Los murcianos destinamos 106 día de nuestro trabajo anuales para cubrir la deuda de la Comunidad Autónoma¨. Entonces me he acordado de aquella frase tan inoportuna, injusta y si me permiten indecente que nos escupió Alberto Fabra a todos los españoles. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.
Sería muy socorrido y lo admito, quizá hasta demagógico enumerar miles de casos de personas que todos conocemos y que han sufrido en sus propias carnes el rigor de esta odiosa crisis, incluso yo mismo, que por no tener no tengo ni coche, y no por que me lo hayan embargado, sino por que nunca lo compré, ni en los tiempos de la abundancia, pero no quiero caer en eso.
Ayer mantuve una interesante conversación con el arquitecto Jesús Abril respecto a la adquisición de obras de arte por parte de Ayuntamientos, en concreto de las que lucen en cientos de glorietas o miles, no tengo el dato, de nuestras ciudades y pueblos. Todos disponemos de ejemplos.
En mi opinión ese sí que es un claro ejemplo de ostentosidad innecesaria y de dudosa intención. El valor de cualquier obra de arte es intangible y no se puede valorar salvo por la relevancia del artista o de la propia obra en sí, ya sea por el contexto, el momento..etc. Por lo que tratándose de artistas de poca o nula relevancia en la mayoría de los casos, y de obras nuevas,  a ninguna de ellas se les puede calcular el precio salvo por el artista o expertos en arte, parece un acto de mecenazgo un tanto inconsciente por parte de las administraciones que adquieren dichas obras y temerario.
Os planteo un problema matemático: Si mi hijo realiza un coche en arcilla cuyo valor material es de 10€ y yo le propongo ponerlo en el lugar más llamativo de la casa, pero con la condición de que este, pida por su coche el triple del valor material, ya que dicha obra no la voy a pagar yo de mi bolsillo. Pregunta, ¿a dónde creéis que va a ir parte del beneficio?.
Matemáticas a parte, mezclar la obra pública con el arte debería de resultarnos por lo menos llamativo, si no sospechoso, y en aras de la transparencia y la honradez que supongo a todos los alcaldes y concejales, así como a todo representable público. Propongo la prohibición expresa a todo ayuntamiento y comunidad autónoma de la adquisición de cualquier obra de arte que no haya sido recomendada por un comité de expertos independientes…por que en realidad, eso sí que es vivir por encima de nuestras posibilidades.

Javier Bernal Abellán
@ajopicao

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